El seguro de construcción se ha creado para dar una respuesta a la incertidumbre generada por la gran cantidad de riesgos que se presentan durante la ejecución de una obra, e incluso después de haberla terminado.
Además de la propia obra, es posible asegurar la maquinaria y el equipo de construcción, así como cubrir las responsabilidades civiles derivadas de los daños materiales o personales, e incluso los perjuicios ocasionados involuntariamente a terceros con motivo de los trabajos de construcción.
También es posible cubrir la pérdida de beneficio producida como consecuencia de la demora en la puesta en servicio de la obra o derivada de un daño material en la obra cubierta por el seguro.
Las responsabilidades como constructor no terminan una vez se entrega la obra, sino que ha de prestar unas garantías a los nuevos propietarios. Por este motivo, el seguro decenal es de vital importancia, ya que su función es proteger a los propietarios y promotores de los edificios o de parte de los mismos a partir de la fecha de entrega, frente a los daños materiales que por vicios o defectos constructivos, todo ello dentro de los primeros 10 años.